Por
Amílcar Herrera
La tecnología y la generación de ella es
algo que está en continuo cambio, y la definición de esta en el mundo actual se
ha limitado a que esta debe cambiar y evolucionar pero de forma independiente y
ajena a los humanos, es decir, que nosotros no podemos interferir en esa
evolución. Pero realmente la tecnología es el resultado de toda una estructura
política, económica y social que hemos ido implementando, además que toda la
conformación de estas tecnologías de han hecho a base de un marco de sistema de
paradigmas dado del territorio donde se creó; y tal como lo dice Amulya Reddy:
“la tecnología se parece al material genético: lleva el código de la sociedad
que la concibió y, dado un medio favorable, trata de reproducir esa sociedad”.
Y al transferir las tecnologías de un país a otro, indudablemente se están
transfiriendo estructuras sociales, costumbres, nuevas políticas formas de ver
el mundo, etc.
Dado a que actualmente nuestra sociedad y
todas nuestras estructuras están basadas en un sistema capitalista en el que el
poder es lo que vale y queremos seguir a los países industrializados lo que
trae como consecuencia que los países subdesarrollados importemos tecnología de
los desarrollados con la idea de que es mucho más eficiente. Esto trae como
consecuencia que como dice A. Koestler: “el
problema no es que el hombre de las sociedades industrializadas use tecnologías
avanzadas, a veces destructivas y dilapidadoras, sino el hecho de que
desconozcan totalmente cómo funcionan y cuáles son los principios científicos
en que se basan”.
Por otro lado, viendo las consecuencias que
todo esto ha traído a partir de la revolución industrial es preciso decir que
una de las soluciones para este problema es que cada territorio
independientemente si son o no países desarrollados o subdesarrollados debe
fomentar la creación de sus propias tecnologías que tal como lo dice el
documento de herrera “De una cierta cantidad del conocimiento científico se pueden
generar varios tipos de tecnología para resolver el mismo problema, y que la
tecnología que se adopte es aquella que está de acuerdo con los valores de la
sociedad que la produce.” Y de este modo siendo capaz de generar su propio
sistema de paradigmas para la creación de estas tecnologías.
Para finalizar, es importante resaltar la
conclusión dada en el documento de Herrera: “lo único que quiero destacar es,
primero, que el concepto de tecnología está indisolublemente unido a una cierta
concepción del desarrollo, y a menos que esa concepción sea explícita, el
concepto carece de sentido. Y, segundo, que a menos que admitamos que la
humanidad tiene capacidad potencial de cambio y que ese cambio es posible,
tampoco tiene solución el problema actual, por mucho esfuerzo que hagamos en el
cambio científico y tecnológico”.
Elaborado por
Erika Patiño
Estudiante Ingeniería Ambiental
Universidad Distrital francisco José de Caldas
Bogotá D.C. Marzo de 2013
Bogotá D.C. Marzo de 2013
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